lunes, 4 de abril de 2016

Leyendo a Derrida.

Llevo un rato releyendo a Jacques Derrida mientras me tomo un café y veo amanecer sobre los tejados de Madrid.
Quizá no sea fácil escapar de la "metafísica de la presencia" y que cada cosa signifique algo concreto. Habría que seguir soñando con Rousseau y escaparse por esos tejados. O ser optimista como Nietzsche.
No seamos instantes, me dice Derrida. Seamos también pasado y futuro. Entonces me acuerdo de Eliot.
Tengo que perderme unas cuantas horas en mi biblioteca.