Para ello apenas necesito un pequeño hotel romántico con chimenea y
biblioteca, un río que lo rodee y una persona que sienta la vida con
pasión.
Así es fácil que se encienda el fuego, es decir, "Todos
los fuegos el fuego" de Cortázar, uno de sus grandes libros de cuentos
(1966), donde se rompen el tiempo y el espacio.
Uno de los cuatro elementos que pertenecen a la Naturaleza y que está presente en la filosofía, la religión, la alquimia, el esoterismo y tal como nos recuerda Heráclito es un agente de destrucción y renovador del Apocalipsis y del hinduismo, símbolo de germen y fecundidad, de energía psíquica que conlleva la libido del ser humano. Igual que Frazer recoge los ritos del fuego simbolizados en las hogueras, las ascuas y las antorchas, Justo Sotelo se introduce y se sumerge en uno de los cuentos más hermosos de Julio Cortazar donde las dos historias simultáneas que aparecen en el libro tienen un mismo final de destrucción con diferente tema, tiempo y espacio y tema. La pasión del fuego entraña y envuelve la purificación. El fuego implica metamorfosis, cambios de rumbo, alteraciones, modificaciones...
ResponderEliminarEsas sandalias querido Justo Sotelo…lo característico tuyo....así te conocí, con ellas te identifico...simbolizan tu esencia, la sencillez de tu alma y tu espíritu, lo genuino y especial que lleva tu ser y que se expresa a través de tu narrativa similar al fuego eterno del cuento de Julio Cortazar cuya estructura del relato se enclava en lo fantástico...similar a tus cuentos....
¡Cuántas similitudes tenéis los dos, Julio Cortazar y tú, Justo Sotelo