martes, 22 de noviembre de 2016

Sobre el director de cine Andréi Tarkovski.

Mi mirada al escribir no sería la misma sin el cine del ruso Andréi Tarkovski.

Tarkovski (Óblast de Ivánovo, 1932 - París, 1986) fue director de cine, además de actor y escritor, y me enseñó a buscar la poesía en lo que no se ve, fuera de las imágenes, de las frases llenas de palabras tantas veces huecas y sin sentido. Si es verdad que existe el alma, él fue un buscador de almas. 

Ayer estuve releyendo su libro "Esculpir en el tiempo" -mientras llovía lánguidamente tras los cristales-, donde expone sus teorías sobre el arte en general y el cine en particular. Es un libro precioso, a partir del cual quedan patentes su enorme personalidad como artista y su renuncia a obedecer los dogmas culturales.

La segunda foto es de su película "Stalker", 1979, donde los protagonistas son tres hombres que representan el arte, la ciencia y la fe. Ellos hablan sobre una "zona" que ha sido visitada por extraterrestres. Allí buscan a Dios o al menos algún sentido a la vida. Aún recuerdo cómo me impactó y eso que era poco más que un crío.

(Hay gente que dice que su cine es aburrido, quizá por la profundidad y exigencia de los guiones y la sutil puesta en escena. Yo reconozco que el cine que me aburre soberanamente es el de la vacuidad de "El señor de los anillos", "Matrix" y sus secuelas, "Star Wars" y las suyas, Viernes 13 o 14, etcétera, esas historias de adolescentes que soy incapaz de resistir pasados cinco minutos).

Cada película que he visto de Tarkovski a lo largo de mi vida -en realidad solo dirigió 7 largometrajes - ha constituido un progresivo acercamiento a la verdad del arte. Su padre era poeta y él se ha convertido en uno de los poetas de mi vida a través del cine.

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