Lo que son las casualidades y lo que es el cine. Ayer hablaba de mi
película favorita de Win Wenders, "Cielo sobre Berlín" y hoy voy a
hacerlo de otra suya que también admiro, "Paris, Texas".
Mientras
espero en un aeropuerto, leo los comentarios de los últimos días en
Facebook. Me fijo en uno de Celsi Vera de Ron -una encantadora amiga
virtual que vive en Texas, aunque es de Asturias-, refiriéndose a mi
forma de entender la vida. "Qué linda manera tienes de despertar", dijo.
Por
asociación de ideas, pienso en el guión de "Paris, Texas", que escribió
para esa película Sam Shepard, recientemente fallecido, basado en su
libro de relatos "Crónicas de motel", que recomiendo a todo el mundo por
su gran calidad. Son pequeñas historias de carretera, de motel en motel
a lo largo de Texas, algunas de menos de una página, similares a lo que
pretendo escribir yo en esta red social y que de alguna forma ha dado
lugar a mis dos libros de cuentos, algo impensable en mí porque,
básicamente, concibo la literatura a través de una novela (una película
con otro lenguaje).
En
realidad la película de Wenders, los relatos de Shepard y mis cuentos no
tratan sobre nada en concreto, únicamente buscan captar la "emoción" de
la vida.
Estas asociaciones de ideas necesitaban una música de jazz adecuada, ya que soy incapaz de pensar, de escribir, incluso de amar sin música. Recuerdo una preciosa canción, "The Sky is Crying", de Gary B. B. Coleman, que nació, precisamente, en Paris, Texas:
https://www.youtube.com/watch?v=71Gt46aX9Z4
Todos vamos de un sitio para otro, los aviones llegan y se van, los asientos se quedan vacíos. Solo alguna botella de agua olvidada o el envoltorio de una tableta de chocolate.
El periódico ya es de ayer.
Estas asociaciones de ideas necesitaban una música de jazz adecuada, ya que soy incapaz de pensar, de escribir, incluso de amar sin música. Recuerdo una preciosa canción, "The Sky is Crying", de Gary B. B. Coleman, que nació, precisamente, en Paris, Texas:
https://www.youtube.com/watch?v=71Gt46aX9Z4
Todos vamos de un sitio para otro, los aviones llegan y se van, los asientos se quedan vacíos. Solo alguna botella de agua olvidada o el envoltorio de una tableta de chocolate.
El periódico ya es de ayer.
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