domingo, 26 de noviembre de 2017

Me siento contemporáneo de toda la historia de la humanidad.

Desde el origen -a lo largo de ese primer rayo de sol o de luna que alumbró al ser humano-, hasta la sinfonía de Luciano Berio, tan mahleriana. Berio terminó su obra en el año 1968 y es un ejemplo de collage en el mundo de la música clásica, de posmodernismo y deconstrucción: https://www.youtube.com/watch?v=PbmzU19Jwg4. En ella se insertan citas de "El innombrable", la novela de Samuel Beckett que tanto debe a James Joyce y Virginia Woolf, y así la carga semántica aumenta con la mezcla de citas literarias y musicales. En realidad esto no es nada nuevo porque la historia de la literatura, el arte y la música es una cita sobre una cita, algo que en música va desde la polifonía hasta Stravinsky, Cage, Stockhausen, Boulez o Xenaki, y que en literatura defienden Eco, Barthes, Iser o Jauss.

“¿Dónde ahora? ¿Cuándo ahora? ¿Quién ahora? Sin preguntármelo. Decir yo. Sin pensarlo. Llamar a esto preguntas, hipótesis. Ir adelante, llamar a esto adelante...”

“ ... Seré yo, será el silencio, allí donde estoy, no sé, no lo sabré nunca, en el silencio no se sabe, hay que seguir, voy a seguir”.

Yo también sé que hay que seguir y que cada piedra tiene que reflejar el testimonio del primer hombre y la primera mujer que pisaron la tierra antes de abrazarse. Luego las apartaron e hicieron un camino. Me vieron a lo lejos. Se acercaron y me hablaron.

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