martes, 20 de noviembre de 2018

"Una tertuliana en Senegal y la ceremonia del té o Ataaya".

Ayer puse por aquí música de Senegal y más tarde me escribió desde Dakar Pilar Benito Alonso, una profesora de historia de un instituto de Vallecas que está ayudando en una escuela de ese país, intentando que el mundo sea algo más justo en la medida de sus pequeñas posibilidades. La conocí hace unos años en una Feria del Libro de Rivas, a las afueras de Madrid, donde se acercó a que le firmara una novela, y acto seguido empezó a venir a mi tertulia.

Pilar Benito me envió esas tres fotografías. La primera alude a la "Ataaya", la ceremonia del té senegalés, que no es tan conocida como la japonesa, pero también tiene su valor (yo conocí algo parecido los dos últimos años en Guinea, y escribí uno de mis "Cuentos de los otros", que titulé "En la isla de Bioko", donde menciono los tés "Osang"). En las otras se encuentra con un cordero y dando una clase. Cuando regrese a España, vendrá a la tertulia a contarnos sus experiencias.

La "Ataaya" es una parte de un ritual de hospitalidad, la "Teranga", en la que se sirve la comida en comunidad. Se nombra a una persona para preparar y servir el té. La preparación consiste en varios trasvases de la tetera al vaso y a la inversa hasta lograr una espuma espesa. En la tetera se añaden el agua y el té verde; cuando el agua hierve, se baja el fuego y se deja veinte minutos más, mientras se remueve. Luego se le pone un poco de azúcar. El té resultante debe ser de un color similar al del caramelo fundido: este es el primer té, que se llama "Leuwel". Se vierte en un vaso para comprobar el color, y se devuelve a la tetera. Pasados dos minutos, se vuelve a echar en el vaso y después en un segundo vaso como si lo escanciáramos. Y así con el tercero y el cuarto. De este primer té se dice que es “amargo como la muerte”.

Cada vez que leo estas cosas o las vivo en directo, me doy cuenta de mi profunda ignorancia y de lo inmensamente rico que es el mundo.

(Hoy en la tertulia del Gijón hablará de uno de sus libros otra profesora, de la Facultad de Educación de la Complutense, María Antonia García de León, que es tertuliana de este año).



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