martes, 11 de junio de 2024

"Como soy un escritor mimoso me gusta que me hagan regalos".


 
 
Y que me dediquen poemas, canciones, flores, miradas, sonrisas, como me ha ocurrido a lo largo de toda mi vida. Un amigo, un tanto exagerado, me regalaba directamente el tiesto entero, porque decía que las flores se me quedaban cortas.
 
Esta tarde a las 18.30 en Casa Manolo, Princesa 83, tendremos la última tertulia presencial por este curso. La dedicaremos al libro de poemas "A la sombra del mar" (2024, Sapere Aude), de Javier del Prado, que es el catedrático de literatura de la Complutense que está conmigo en la foto de otra tertulia de hace años, cuando me dedicó este poema: 
 
"Esponsales".
 
(A Justo Sotelo, a su devoción musical).
 
"La tristísima frase, inicial y perenne,
de la Cellosonata
(Emmanuel Faverman,
al cello) de Beethoven
me llena sin saciarme
de una tristeza adusta.
Tristeza en LA mayor,
de plenitud de lago
que rodea el mantón
de abetos de la tarde,
cuando niño.
Ahondo el vuelo cotidiano
bajo escalas de oscuras resonancias
hasta un ser de conciencia
musical, más allá
de la noción que me desposa.
Veo
en el nidal de rocas
al ser que siento ser
sin serlo aún en plenitud de verbo;
sólo ritmo confuso,
vibración de emociones,
y el arabesco azul
de un Nacimiento
que tarda cada noche en aplacarse.
¡Alegro, ma non tanto!
Y me duelen las uñas en la espera;
un dolor que no borra ni el scherzo,
con ese alegro molto que no alegra,
ni el adagio cantabile,
hasta llegar, ¡ay luz!,
al alegro vivace
que me repite, en triunfo, la tristeza
del devenir constante que ya llega.
Lenta resurrección del ritmo desposado
por fin con la noción.
Y vivo
en melodía audaz de ritmo y de palabra.
¡Música en verbo ya
(o Verbo en música)!
Mi cuerpo hecho poema,
en luz, en vibración, en pensamiento".
 
Supongo que Javier se refiere a la delicada sonata 3 de Beethoven. Esta versión me gusta especialmente:
 
Me gusta Beethoven y me gustan mis amigos.

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