Se publicó ayer en la revista argentina "El Corredor Mediterráneo" y la ha escrito el crítico de cine Eduardo Larrocha.
Comienza con estas palabras:
"Envidiable esta obra de Justo Sotelo, no sólo por la variada manera de expresar sus vivencias sino porque esas vivencias delatan una memoria prodigiosa con unos recuerdos muy bien tejidos entre las diferentes áreas de la creación que le dan esa plenitud y optimismo vital. Además muestra una capacidad inmensa de relaciones sociales y un saber enciclopédico inmerso en su vida cotidiana".
Como el cine siempre ha estado presente en la vida de este crítico, se detiene en varias películas importantes en mi libro, como "El filo de la navaja", y luego establece un paralelismo entre dos películas de Lubitsch "Lo que piensan las mujeres” (1941) y “Ser o no ser" (1942), y lo que Larrocha llama "el espíritu libre de Justo Sotelo".
Así que hoy volveré a ver una película de Lubitsch, el reino de la elegancia y el buen gusto en el cine, del encanto y la ironía y los fundidos en negro, el maestro de Billy Wilder y de casi todos los que han hecho comedias elegantes:
Como dice la protagonista en una de las escenas, el problema de los hombres es que no se afeitan. Está claro que esto de ser escritor es francamente divertido.
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