sábado, 29 de junio de 2024

"En busca del lenguaje (del amor) en el siglo XXI".


 
Ayer por la tarde me metí en la heladería Kalua que está en la calle Fuencarral, en la zona de Bilbao. Mientras me tomaba una horchata, abrí Facebook y me encontré con un post del artista vasco Bernat Vidal, que trabaja en Arbaso Euskal Herriko Artisautza, ilustrado con la foto de la playa: 
 
"A MODO DE EPÍLOGO es el título del microrrelato que cierra el libro de Justo Sotelo "Cuentos de los viernes". Os lo dejo a continuación porque me ha evocado una fotografía que tomé el verano pasado.
 
"Se durmieron mirando el mar, y al despertar no encontraron sus cuerpos. Eran solo espacio".
 
Titulo: Cuentos de los viernes.
Autor: Justo Sotelo.
Editorial: Bartleby Editores.
Fotografía: ©Bernat Vidal".
 
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En este libro de cuentos que publiqué en 2015 intenté manifestar mi visión de la literatura posmoderna e incluso poscontemporánea, a partir de la "espacialización del tiempo". Quería escribir sobre cómo un hombre y una mujer desnudos física y psicológicamente podrían encontrarse, hacia dónde irían y en qué se convertirían. El libro lo estructuré en tres partes (para mí, una de las cosas esenciales en cualquier obra es su estructura). La primera representa el amor real, que incluye la sexualidad. Un cuento de Borges señala el inicio de la segunda parte, donde los personajes -él y ella- se van convirtiendo el literatura. Y una vez que se transforman en ficción, lo real y lo literario se funde, el tiempo desaparece y se llega al final del libro (ese que cita Bernat Vidal), donde el amor se consolida gracias al lenguaje y el lenguaje adquiere sentido gracias al amor.
 
Terminé de beberme la horchata que hacen muy bien en ese sitio, y recordé que algunos de los relatos de este libro se han compartido en bastantes ocasiones. Hoy no es viernes, pero podríamos irnos a París a desayunar un "café au lait" con un cruasán de los que solo saben hacer en París, con mantequilla y mermelada de melocotón y un zumo de naranja recién exprimido, a la vez que nos cogemos de la mano y nos miramos a los ojos y hablamos de literatura y de amor. Mientras esperamos en Barajas para subir a ese avión de Air Europa podríamos escuchar la voz de Gabriela Juárez (una joven mexicana a la que le gusta recitar y compartir sus lecturas) leyendo "Desayuno en París" en su espacio de literatura:
 
La segunda foto es la portada de la alicantina Gabriela Amorós, y la tercera de la presentación del libro en Madrid, con el catedrático de la Universidad Autónoma Tomás Albaladejo, una de las autoridades de teoría de la literatura, discípulo de mi maestro en crítica literaria García Berrio y padre de dos de mis ex alumnas. 
 
Y esta es la canción de los viejos amantes de los que hablo en el cuento:
 

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