Estas son las dos palabras mágicas para ser feliz, según Javier, mi
admirado cura vasco, una de las personas que más quiero y que, como no
logra convertirme, me llama siempre "santo laico".
Somos amigos
desde hace más de 25 años y eso de compartir media vida convierte
nuestra amistad en algo entrañable. En ese tiempo hemos vivido juntos
peripecias de todo tipo, pero también alguna triste. Me conoce tan bien
que cada vez que aparezco por su casa o su iglesia ya sabe cómo me encuentro con solo mirarme a los ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario