El otro día un amigo me comentó que había escuchado en un telediario
cuáles eran las noticias más importantes del año 2016 recién terminado.
Y esa cadena utilizaba las noticias que habían sido destacadas en
Facebook para hacer su clasificación.
Desde hace tiempo, además,
los medios de comunicación más importantes del mundo, New York Times,
Washington Post, Le Monde, FAZ, cuelgan sus link aquí y eso es lo que mucha gente lee, dejando de lado el resto de noticias y artículos.
Esto me lleva a pensar dos cosas.
Por una parte, es obvio que este medio y otros similares son empresas privadas nacidas en el seno de una de las economías más capitalistas y conservadoras que existen, la de Estados Unidos. Esto supone un conjunto de servidumbres, sobre todo de índole moral.
En segundo lugar, y aunque resulte paradójico, quizá las redes sociales estén democratizando el mundo. Me atrevería a decir que son, involuntariamente, de "izquierdas" (no es un eufemismo), ya que cualquier persona puede utilizarlas para dar su opinión, nos guste más o menos, tenga o no faltas de ortografía y traspase o no lo que consideramos el nivel adecuado de buen gusto (cada vez que veo "selfies" y palabras y frases escritas en mayúscula me dan ganas de cortarme las venas. De que algunos nos cuenten su vida privada -como en el "Hola"- ya no voy a decir nada, porque si al menos tuvieran el "glamour" de Gustav Mahler y Alma Schindler, Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre o Brad Pitt y Angelina Jolie...)
Dejando las bromas aparte, hasta hace unos años el mundo estaba dominado por determinados medios de comunicación y era casi imposible entrar en ellos para la inmensa mayoría de la población (en España, tan solo perteneciendo a las zonas de influencia de la televisión pública, El País, El Mundo, Abc, etcétera). No digo que ahora no exista ese mismo dominio e incluso sea más sutil (entre las tesis doctorales que he dirigido hay una sobre "Hedge Funds" y ciertos productos del Sistema Financiero Internacional difíciles de controlar), pero también que las redes sociales pueden ser un contrapeso interesante si se utilizan bien. Recuerdo, por ejemplo, los fenómenos mediáticos que supusieron la Primavera árabe y el 15-M.
(La foto es de la excelente película "La red social". La dirigió David Fincher -el director de las magníficas "Seven" y "Zodiac"- en 2010 sobre la creación de Facebook. Y lo más significativo es que lo único que deseaba su creador era que lo amara la chica de la que estaba enamorado).
Por una parte, es obvio que este medio y otros similares son empresas privadas nacidas en el seno de una de las economías más capitalistas y conservadoras que existen, la de Estados Unidos. Esto supone un conjunto de servidumbres, sobre todo de índole moral.
En segundo lugar, y aunque resulte paradójico, quizá las redes sociales estén democratizando el mundo. Me atrevería a decir que son, involuntariamente, de "izquierdas" (no es un eufemismo), ya que cualquier persona puede utilizarlas para dar su opinión, nos guste más o menos, tenga o no faltas de ortografía y traspase o no lo que consideramos el nivel adecuado de buen gusto (cada vez que veo "selfies" y palabras y frases escritas en mayúscula me dan ganas de cortarme las venas. De que algunos nos cuenten su vida privada -como en el "Hola"- ya no voy a decir nada, porque si al menos tuvieran el "glamour" de Gustav Mahler y Alma Schindler, Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre o Brad Pitt y Angelina Jolie...)
Dejando las bromas aparte, hasta hace unos años el mundo estaba dominado por determinados medios de comunicación y era casi imposible entrar en ellos para la inmensa mayoría de la población (en España, tan solo perteneciendo a las zonas de influencia de la televisión pública, El País, El Mundo, Abc, etcétera). No digo que ahora no exista ese mismo dominio e incluso sea más sutil (entre las tesis doctorales que he dirigido hay una sobre "Hedge Funds" y ciertos productos del Sistema Financiero Internacional difíciles de controlar), pero también que las redes sociales pueden ser un contrapeso interesante si se utilizan bien. Recuerdo, por ejemplo, los fenómenos mediáticos que supusieron la Primavera árabe y el 15-M.
(La foto es de la excelente película "La red social". La dirigió David Fincher -el director de las magníficas "Seven" y "Zodiac"- en 2010 sobre la creación de Facebook. Y lo más significativo es que lo único que deseaba su creador era que lo amara la chica de la que estaba enamorado).
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