¿Literatura o autoficción?
No siempre resulta fácil dar cabida
a la creación literaria que está inspirada en la tradición mimética con
textos como los que escribieron Rulfo, Kafka, Cortázar o Calvino, por
mucho que se acepte la idea de Aristóteles en relación a lo “imposible
verosímil”.
Si algo podía reprochar Proust a Balzac era su
obsesiva supeditación a la exactitud de la realidad en "La comedia
humana", lo que no hacía sino restar entidad literaria a la novela. De
alguna forma "En busca del tiempo
perdido" sería una obra escrita "contra Balzac". El resultado final es
deslumbrante: el primer gran ejemplo de la creación de un mundo que no
es ilustración de la realidad sino palabra constituida en realidad
autónoma. Es lo que Vargas Llosa llamó creación de “mundos diferentes
del mundo en el que viven”, al referirse al escritor que fantasea con
personas, situaciones y anécdotas que le llevan a apartarse del mundo
real y a usar su imaginación, a partir de un compromiso con la ficción
de la literatura.
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