sábado, 28 de abril de 2018

"Serendipity en la Feria del Libro de Granada" con mis "Cuentos de los otros".

Compré ayer en la Feria del Libro, casi por casualidad, "Cuentos de los otros" (Bartleby, 2017), de Justo Sotelo, para luego no dejar de felicitarme por tanta “serendipity”, admirado de la erudición del autor, didáctico siempre, sobre todo en glosarios donde informa, por ejemplo, del "Ordo Amoris" de Scheler, los sonetos que Miguel Ángel dedica a Tommaso Cavalieri, las películas de Tarkovski, el beso de Francesca de Rímini o un poema magnífico y “crono-clástico” (lo siento, acabo de inventarme esta palabra) de Wong Kar wai.

"Verán, este libro me hizo recordar la “ansiedad cultural” de los viejos tiempos, aquella "libido sciendi" por conocer los secretos que los sabios -en este caso Justo- conocen. Un libro persuasorio. Habla de Murakami y al instante me pregunto si debo releer a Murakami, que en su día no me interesó. No solo eso. A medida que leo me propongo ver las películas que Justo comenta, leer los libros que ha leído, escuchar la música que ha escuchado, conocer la gente que ha conocido, visitar los lugares que ha visitado, todo por esa ambición que el (des) conocedor tiene por llegar a ser lo conocido o asemejarse al conocedor (“quien conoce lo más antiguo y lo mejor, se vuelve lo más antiguo y lo mejor”, "Upanishad"), solo que bien pensado la sabiduría no funciona exactamente así, y quien lee hagiografías no se convierte necesariamente en santo, y quien lee a Justo no será nunca tan sabio como Justo (ni siquiera el mismo Justo puede serlo), por lo mismo que Shakespeare, el ciudadano, el marido que dejó en testamento su segunda mejor cama, no siempre fue Shakespeare, pero bueno, aquí ya entramos en la mayéutica (Wittgenstein decía que solo se pude enseñar a quien ya sabe) y en los conflictos de las identidades, los límites y los tiempos, tan bien tratados en estos relatos de Justo, cuando yo solo venía a darle las gracias, gratitud que hago saber aquí por si corre más la voz, la suya, sabia, serena, pedagoga".

Hasta aquí las palabras que escribió ayer en su muro el escritor granadino Sergio Mayor (un reciente amigo virtual), demostrando que el erudito y generoso es él. Sergio me escribió antes de ayer para decirme que había comprado el libro en la Feria del Libro de Granada. Lo más curioso es que, sin saberlo, mi editor Pepo Paz me envió unas horas después esta foto, con el libro en el mostrador de la editorial en esa Feria. 

Decididamente, mis cuentos no dejan de viajar de un lado para otro, ahora a Granada, una de las ciudades más bonitas del mundo. Y siempre terminan en poder de personas realmente inteligentes.

2 comentarios:

  1. ¡Qué orgullosa estoy de ti, Justo! Es un privilegio aprender de ti, escucharte, leerte, reírse contigo y ver cómo viajan tus libros por todo el planeta y se dibujan tus líneas narrativas entre diferentes gentes y razas, lenguas y religiones...Tus palabras son la esencia de tu ser, de tu conocimiento y tu pensamiento, de tu forma de sentir y percibir el mundo y la realidad que nos rodea. Dejas eco entre los pueblos, huellas imborrables en las gentes. Un maestro como tú deja en los demás una impronta, un aprendizaje, una conducta modélica para vivir, avanzar y en definitiva, ser feliz...El viaje de tus libros, el sentido de tus novelas, el significado de tus giros..tardarán dos o tres años en digitalizarse y traducirse a varios idiomas y girarán en movimientos de traslación y rotación. .Inteligentes palabras del escritor Sergio Mayor. Un abrazo a los dos y enhorabuena una vez más

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  2. Muchas gracias, querida Almudena. Un beso.

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