Son esas mujeres que llevan muchos años diciendo "basta", esas
mujeres que han salido estos días a la calle para protestar por la
existencia de una sociedad que, en parte, continúa siendo patriarcal y
machista. Tengo la sensación de que ya no hay marcha atrás en España,
como en tantos países de nuestro entorno.
El otro día vi en el cine una
película alemana que se acaba de estrenar, "Lou Andreas-Salomé", de la
directora Cordula Kablitz-Post, sobre la vida de una de las creadoras
del psicoanálisis, amiga, colaboradora
y, en algunos casos, amante de tipos muy conocidos como Nietzsche, Rilke
o Freud. Aun así, ella eligió el estudio antes que el amor. En un
momento de la película su madre dice: "Las mujeres no hemos nacido para
estudiar". Supongo que su hija se empeñó en llevarle la contraria y
convertirse así en una de las mujeres más independientes de su tiempo,
con sus libros, sus conferencias y sin depender de ningún hombre, ni
económica ni intelectualmente.
Por las mujeres que están cambiando el mundo y no dudan en arrojarse al
agua -al igual que Lou en la película-, aunque en la barca se encuentre
el mismísimo Nietzsche. Cómo no hacerlo si la barca la siguen llevando
los machistas, xenófobos y racistas (también del género femenino) que
todavía andan por España y por el mundo y ni siquiera saben cuántas
consonantes tiene Nietzsche ni en qué orden están.
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