"En esta ocasión y como
consecuencia de una huelga de redactores, se le pediría que cubriera la
página de sucesos. ETA había vuelto a matar en Madrid (...) Durante
varios minutos todas las emisoras ofrecían la misma noticia, con el
mismo tono, haciendo misterios de las pausas: a las diez en punto de la
noche un brusco temblor había sacudido las paredes de unas cuantas casas
de Madrid; su radio de acción había sido de casi dos kilómetros(...) El
edificio de tres plantas que hacía chaflán a las dos calles había
quedado con su esquina mutilada de pies y manos, salpicada con la sangre
del soldado vigía y la de cuatro personas más: dos ancianos que salían
del parquecillo tímidamente asomado a las avenidas y más de la mitad de
un joven matrimonio que circulaba por las inmediaciones, la madre y la
hija" ("Vivir es ver pasar").
Por esa esquina de la que hablo en la novela -que publiqué en 1997- pasé unas horas antes camino de la Universidad. Muchas personas no volverían a pasar por ninguna esquina. Por ninguna esquina en ninguna parte de este mundo.
Mientras escribo, me vienen a la cabeza la paloma de Alberti y esta música:
https://www.youtube.com/watch?v=o5bFsjf0OJQ
Mientras escribo, me vienen a la cabeza la paloma de Alberti y esta música:
https://www.youtube.com/watch?v=o5bFsjf0OJQ
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