Me tomo un café y observo la foto del libro de Almudena Mestre sobre mi obra literaria.
Pienso en cómo ha mimado ese libro su editora, Charo Fierro, y también
en el lugar donde se va a presentar esta tarde. El Retiro es mi "locus
amoenus" particular. Todo el mundo tiene uno, ya sea el Parque de
Luxemburgo, el Hyde Park o el Central Park. Existe otro en mi
imaginario, como diría Jung, el García Sanabria de Santa Cruz de
Tenerife.
Acabo de leer en el post de ayer que el filólogo
Pedro Crespo me llama escritor posmoderno. Es evidente que lo soy, como
todos los que escriben en esta época con la intención de continuar
escribiendo en el futuro. En el pasado estaban Cervantes, Shapespeare,
Sterne, Galdós, Joyce, Faulkner, Baudelaire, Rilke, Eliot. Sin haberlos
leído y entendido es casi imposible pretender hacer "literatura" actual.
El mundo globalizado, el aislamiento de los individuos, el papel
decisivo del lector, las historias con un final abierto, el carácter
especular del discurso narrativo -con la continua manipulación de las
convenciones de la ficción, el uso y el abuso de la metaficción y de la
transtextualidad-, el dominio de lo ecléctico, algo así como el grado
cero de la cultura contemporánea, que nos lleva a comer al mediodía
tranquilamente en un McDonalds, mientras que por la noche elegimos un
plato de cocina local. A pesar de que vivamos en Tokio, es posible que
nos perfumemos como en París y escuchemos “reggae” o miremos un western.
Todo esto define la nueva hiperrealidad y la "ficción" posmoderna.
Apuro el café y antes de servirme otro pienso también en la música que
le pudiera ir a esta foto. Ya que mis amigos me han comparado con todo
tipo de actores, sobre todo Al Pacino, no se me ocurre otra melodía que
esta:
https://www.youtube.com/watch?v=JCOaI06zAvg
https://www.youtube.com/watch?v=JCOaI06zAvg
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