lunes, 20 de octubre de 2025

"Madrid en domingo y nuestra tertulia literaria".


 
Vale, ya sé que es un poco caótica, que hay manifestaciones de todo tipo a todas las horas y que, como dijo Eugenio D´Ors, en Madrid a las ocho de la tarde das una conferencia o te la dan. Una cosa que nos gusta practicar a los madrileños es el arte de la conversación. Sí, admito que en mi ciudad hablamos sin parar de cualquier asunto y a veces muy alto, pero qué le vamos a hacer, algún defecto tendríamos que tener los madrileños, digo yo, jeje. También es verdad que cada vez quedan menos tertulias e incluso el Café Gijón ha cerrado (lo ha vendido la familia de mi ex alumno) y será pronto un restaurante de lujo, como comprobé ayer paseando por Recoletos, donde se estaba montando la fiesta de artesanía de todos los años. Pero no hay que alarmarse, "la tertulia de los amigos de Justo" sigue funcionando, y mañana lo hará en su versión on line, por Zoom, a las 18.30, para que intervenga todo el que quiera desde el lugar de España o del mundo donde esté y nos cuente qué libro está leyendo en estos momentos o acaba de leer o una película o una obra de teatro o una exposición. Mientras íbamos a comer a un restaurante enfrente del Reina Sofía, caminando por el Paseo del Prado, la gente bailaba a ritmo de jazz en medio de la calle a la altura del Jardín Botánico, al lado del Museo del Prado, lo que me recuerda todas las veces que me he echado la siesta en el jardín o en la cafetería del propio museo. En el Prado me conformo con Goya, Velázquez y El Bosco, y tan solo algunas salas. Luego me dan ganas de tumbarme. Confieso que me gusta hacer un poco el payaso en todos los sitios a los que voy, porque ¿somos o no majetes los madrileños?

 

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