Creo que nosotros somos como los locos bajitos de Serrat, pero no jugamos con la pelota sino con los libros. Ayer, cuando pasadas las ocho de la tarde acababa la presentación de la novela "Donde el eco dijo" de la escritora malagueña Presina Pereiro, pregunté a una mujer de mediana edad, amiga de Almudena Mestre que venía por primera vez a nuestra tertulia literaria del barrio de Argüelles, en el centro de Madrid, si volvería a acompañar a estos "locos por la literatura" y nos dijo que sí, que por supuesto. Javier del Prado actuó como maestro de la presentación y yo pedí a todos los asistentes que intervinieran, que comentaran lo que les apeteciera e incluso que nos lleváramos la contraria, como pido siempre a mis alumnos que hagan conmigo, que me lleven la contraria porque si no me aburro. Y si el profesor se aburre, los alumnos también. Mientras escribo este texto leo de reojo una noticia en el sentido de que la demanda de antidepresivos ha crecido un 24% por ciento en España en el último año (es una noticia de El independiente). Y respetando, por supuesto, los problemas que todos podamos tener, lo que tengo claro es que viniendo a nuestra tertulia cada martes (la próxima será virtual, por Zoom) no haría falta tomar ninguna pastilla. Solo es necesario que te gusten los libros, las películas, todas las obras artísticas (la breve intervención de nuestro arquitecto Santiago Martínez sobre el espacio en la construcción de estructuras fue memorable), y tanto hablar como escuchar.
Me gustan mucho las personas que saben escuchar.
Serrat escribió la canción que he citado al principio a partir de unas palabras de Gila en el sentido de que los niños no son más que unos "locos bajitos":
https://www.youtube.com/watch?v=9NB2XCKVqQM&list=RD9NB2XCKVqQM&start_radio=1
Este post va dedicado a mis amigos tertulianos y a todos los locos bajitos de este mundo, empezando por los niños de Palestina, para que vuelvan a reír y a jugar con la pelota.
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