- Te encantaría tomar un café allí, me dijo anoche en un Wasap, que acabo de ver por la mañana casi con los ojos cerrados todavía, mi amiga y tertuliana de Utrera Francisca Arias Tovar, junto a esa foto tan seductora. Es increíble tener una vista perfecta de la Torre Eiffel francesa, añadió, y beber un café y un pastel francés. Tal vez un Napoleón.
- Aunque lo más importante no es el sitio, le respondo mientras me tomo el primer café del sábado, sino la persona que te acompaña.
Y busco la música adecuada para que el escritor sea feliz:
Es uno de los sitios más bonitos del mundo, desde luego, pero sin unos ojos que te desnuden con la mirada la vida no tiene sentido.

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