Este es uno de los "Cuentos de los otros" que incluí
en el libro al final, antes de ser publicado, y no llegué a compartir
por aquí.
"Quedan dos semanas para la exposición de Antonio
Zaballos y todo está por hacer, dijo ella, incorporándose en la cama
con dificultad. Da igual que se retrase un poco más, dijo él con un
rostro preocupado.
Luego dijo:
Tienes varias costillas rotas y casi te matas en la carretera. Lo sé,
intentó ella subir el tono de voz, pero soy la dueña de una galería y
he adquirido compromisos. Estos días no he dejado de pensar en nuevas
ideas y proyectos. ¿Nuevas ideas para el mundo del arte?, esbozó él
una sonrisa. Casi tantas como en el Ibex-35, se soltó ella de la mano.
La Bolsa no se ha detenido durante la crisis, dijo él. Y es una pena,
añadió ella. ¿Ahora te preocupa el valor de nuestras acciones?,
preguntó él. En absoluto, dijo ella, recordando que habían terminado
de pagar la hipoteca de la galería gracias a las ganancias en la Bolsa.
¿Me quieres?, le preguntó él, cogiéndole la mano de nuevo.
Se miraron en silencio y recordaron en un instante todos los años que habían vivido juntos, desde que se conocieron en una asamblea de la Facultad de Económicas en contra de los recortes del Gobierno y se fueron a vivir a una buhardilla cerca del Mercado de la Cebada. Querían arreglar el mundo y ser felices.
¿Me quieres?, volvió él a preguntarle cogiéndole la mano.
¿Cuándo había dejado de amarlo?, se preguntó ella observando las paredes vacías de la habitación.
¿Me quieres?, repitió él por tercera vez".
(La foto es de una de las pinturas de Antonio Zaballos).
¿Me quieres?, le preguntó él, cogiéndole la mano de nuevo.
Se miraron en silencio y recordaron en un instante todos los años que habían vivido juntos, desde que se conocieron en una asamblea de la Facultad de Económicas en contra de los recortes del Gobierno y se fueron a vivir a una buhardilla cerca del Mercado de la Cebada. Querían arreglar el mundo y ser felices.
¿Me quieres?, volvió él a preguntarle cogiéndole la mano.
¿Cuándo había dejado de amarlo?, se preguntó ella observando las paredes vacías de la habitación.
¿Me quieres?, repitió él por tercera vez".
(La foto es de una de las pinturas de Antonio Zaballos).
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