Pedí a M Jesús Egmont que se fijara en los tres "hasta" que aparecen en los primeros párrafos. Ahí estaba la esencia del cuento. Ella me respondió, con mucha lógica, que suponían el tiempo, el espacio y el amor. Lo que no le dije es que había un cuarto "hasta" hacia el final del cuento. Con él pretendía romper su carácter fantástico, casi heterocósmico, como diría el profesor Doležel, uno de mis maestros.
La literatura que me convence es la que está escrita de la forma más
sencilla posible (sujeto, verbo y predicado), con las palabras más
sencillas y los adjetivos justos, lo menos retórica y periodística
posible, pero con multitud de significados simbólicos en cada página e
incluso en cada frase.
(Feliz sábado, amigos. Ahora necesito un café y perderme en el parpadeo de unos ojos, entre el anochecer y el amanecer).
(Feliz sábado, amigos. Ahora necesito un café y perderme en el parpadeo de unos ojos, entre el anochecer y el amanecer).
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