lunes, 1 de abril de 2024

"Rojo, ateo, romántico, guapo y feliz. A propósito de la película "El maestro que prometió el mar".

 

Existió una época en la que en España podrían haber triunfado las ideas de la Institución Libre de Enseñanza, pero lamentablemente no lo hicieron. Y no me refiero tan solo en Madrid, sino en cualquier lugar de España, incluso en los pueblos más pequeños y perdidos. ¿Cómo olvidar ese final de "La lengua de las mariposas" (1999) con el maestro republicano interpretado por Fernando Fernán Gómez, al que su pequeño discípulo tira piedras cuando se lo llevan detenido y le llama "rojo y ateo". Con el mismo espíritu se estrenó hace poco "El maestro que prometió el mar" (2023) que vi ayer por la noche en Movistar, y que se merece que escriba unas líneas porque quizá a mí me hubiera ocurrido lo mismo de haber vivido en esa época. Es la historia real de Antoni Benaiges, el maestro republicano de una escuela en un pueblo perdido de Burgos que impulsó un proyecto pedagógico innovador en la misma línea que la Institución Libre de Enseñaza donde a los niños se los instruía y enseñaba a ser libres. En concreto sería el sistema de enseñanza del pedagogo francés Célestine Freinet. La educación era el "lugar" apropiado para que el niño combinara el pensamiento y la acción. Y se procuraba que el trabajo de los estudiantes en clase, el cuidado de un huerto y el de los animales estuvieran unidos en sus clases, como una parte de un método natural. El objetivo principal era que los alumnos "crearan haciendo e hicieran pensando". Los niños debían tomar decisiones en la acción educativa; los educadores serían únicamente los guías que compartieran sus técnicas y herramientas. 
 
Aquel maestro tal vez no se apercibió de lo que estaba ocurriendo en España durante los años en los que estuvo en aquel pueblo, del 35 al 36. Únicamente quería que sus alumnos expresaran sus ideas y opiniones, que trabajaran, manipularan, criticaran e investigaran. Se compró de su propio bolsillo una imprenta y dejó que los niños escribieran e imprimieran unos sencillos cuadernos sobre muchos asuntos. Benaiges fue asesinado al inicio de la Guerra Civil. Había prometido llevarlos a ver el mar de su pueblo de Tarragona, pero no tuvo tiempo de hacerlo. Ninguno de los niños había visto todavía el mar y en uno de los cuadernos expresaron su opinión sobre aquella cosa tan enorme y desconocida. Los cuadernos fueron quemados con el inicio de la guerra. El "cuaderno sobre el mar" sirve como poético final a la película, maravillosamente interpretada por Enric Auquer.
El problema de los fundamentalistas no es que les parezcas rojo y ateo o lo contrario, sino que no soportan que seamos felices, ni por supuesto más guapos que ellos.
 
Como decía Nietszche, "si te quedas mucho tiempo mirando un abismo, te conviertes en abismo. Así que si te quedas mucho tiempo mirando el mar, ¿en qué te conviertes?"
 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario