viernes, 12 de abril de 2024

"Hemingway jugando al fútbol".


 
Ayer paseaba por la Gran Vía, me paré delante de esa marquesina de la fotografía a la altura de Callao, junto al hotel en el que vivió Hemingway, y me vi dentro de las páginas de un campo de fútbol de Lisboa. La segunda foto me la envió el otro día desde Oviedo Mercedes Miraytoca Rodríguez Arias.
 
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"El taxi se detuvo cerca del Hotel Borges. Ellos sabían que Lisboa era una ciudad tan fascinante como melancólica, aunque esos días todo el mundo estuviese pensando en la final de la Champions.
 
Se habían conocido en el campo del Atlético de Madrid, durante la semifinal. Se dirigieron a la vez al vendedor de bocadillos, y en ese instante se miraron, se sonrieron, se les cayó el dinero al suelo y se enamoraron mientras dos monedas rodaban en paralelo hasta terminar una encima de la otra.
 
Desde la ventana se veía la escultura de bronce de Pessoa, en la entrada del café La Brasileira. Pessoa fue un poeta que solo escribía cosas que merecían la pena, dijo él. Se pasó la vida en busca del nombre, la definición y la medida de las cosas, pero no tuvo paciencia para ello, dijo ella. Dejaron el equipaje en el hotel y se dirigieron hacia el castillo; tras atravesar la puerta principal se adentraron en el parque. Luego se acercaron al mirador y se fijaron en las tenues luces de las farolas y en otras luces todavía más oscuras de un bar que se negaba a cerrar, y hasta escucharon el rumor de los barcos descascarillados. Lo importante es entusiasmarse por la vida, dijo él, tener la capacidad de maravillarse con ella. Pueden decir de nosotros que somos testarudos, pero eso no debe preocuparnos, dijo ella. El secreto es perseguir la luz blanca de la ternura, aseguraron a la vez.
 
Al día siguiente se disputó el partido de fútbol, pero ellos no salieron de la habitación, ni de la cama.
 
("Un partido de fútbol en Lisboa", 2015, "Cuentos de los viernes", Bartleby, p. 22).
 
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Confieso que soy de esos escritores a los que les gusta más jugar en la cama que en los campos de fútbol, y bailar hasta el final del amor:
 

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