viernes, 5 de abril de 2024

"Una vida arrebatadoramente romántica y decadente".



Ayer me estaba afeitando y escuchaba Radio Clásica de RNE, como siempre, cuando se conectó una oyente para hacer una "petición". Dijo que se llamaba S. y tenía 86 años. Era de un pueblo de Sevilla y siempre le había gustado mucho una ópera, "Tosca", y sobre todo el "adiós a la vida". Aun así nunca había podido ir a la ópera porque no se lo había podido permitir y no conocía a nadie que quisiera ir con ella, hasta que no hacía mucho un amigo le regaló una entrada para la Maestranza. Su sueño se había cumplido, y ahora pedía a la radio que le permitiera escuchar esa "canción" interpretada por Pavarotti. Acabé de afeitarme y me fui a clase tarareando aquella melodía de Puccini tan arrebatadoramente romántica, melancólica y hermosa. El pintor Mario Cavaradossi se despide en el castillo de Sant'Angelo de la actriz Flavia Tosca, aunque espera reunirse con ella después. El destino no será complaciente con la pareja de enamorados, como ocurre con la mayoría de las inolvidables historias de amor. 
 
El otro día estuve paseando por un jardín romántico (el de la foto) y me acordé de Luchino Visconti y de su visión un tanto decadente de la vida, que siempre he tenido presente gracias a sus películas "Ludwig" y "Muerte en Venecia". 
 
Mientras iba ayer a clase recordé que a Visconti también le gustaba "Tosca" y que la había llevado al escenario más de una vez. Puccini siempre nos acompañará, me dije, como cuando de adolescente mis padres me llevaron al Círculo de Bellas Artes de Madrid y allí, en la biblioteca, descubrí "E lucevan le stelle" en unos discos de vinilo que se podían escuchar con los cascos. De esta forma el Círculo se convirtió en uno de mis sitios preferidos de Madrid, un lugar donde comer, leer, escribir, escuchar música y vivir los bailes de máscaras del Carnaval, como aquellos que cuento en las novelas "Vivir es ver pasar" y "La paz de febrero". Si quedaba con una chica siempre la citaba en "La pecera", su decadente cafetería:
 
Seguro que la señora de Sevilla fue feliz durante unos minutos.


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