Me gusta la vida y ser escritor y pasear un sábado de primavera por las calles de mi ciudad y que me "besen bonito" antes de entrar en la Casa del Libro y encontrar en la primera planta "recomendado" el ensayo del doctor en literatura Patrick Toumba sobre mis novelas publicado por Bartleby en 2023, entre dos libros dedicados a Óscar Wilde y Walt Whitman. Gracias a esa compañía mis personajes, que están siendo tan estudiados en algunas Universidades de África, no tienen tiempo para aburrirse ni siquiera cuando cierra la tienda cada noche y salen a oscuras de las páginas de "La muerte lenta", "Vivir es ver pasar", "La paz de febrero", "Entrevías mon amour", "Las mentiras inexactas" y "Poeta en Madrid", y se ponen a hablar de sus cosas. "El dandismo es la declaración de la absoluta modernidad en la belleza", les dirá Óscar Wilde, y otras frases igual de inteligentes. "Haría cualquier cosa por volver a ser joven, salvo hacer deporte". "Cuando pienso en mis defectos, me duermo de inmediato". O el hecho de que "la mejor forma de librarse de una tentación, es caer en ella". Ya se sabe que "la única manera que tiene un hombre de comportarse con una mujer es haciéndole el amor".
¿Hay algo más bonito que hacer el amor? Sobre todo cuando ella lleva flores en el pelo:
Cuando ya me iba, tras sacar la foto de la Gran Vía, Whitman me llamó y me dijo:
"Ven, dijo mi alma,
escribamos estos versos a mi cuerpo (porque somos uno),
a fin de que, si volviera invisible de la muerte,
o si mucho, mucho tiempo después, en otras esferas,
reemprendiese mis cantos ante un grupo de compañeros
(y correspondieran a la corteza terrestre, a los árboles y vientos, /al tumulto de las olas),
siguiesen siendo míos, y pudiera contemplarlos todavía
con una sonrisa de satisfacción; por eso, primero, aquí y ahora,
firmo por el Cuerpo y el Alma, y les antepongo mi nombre.
(Prefacio de "Hojas de hierba", 1855).
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Whitman tenía razón, me dije en dirección hacia Callao, y también Wilde.
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