Me gusta reír, sonreír y hacer el tonto un sábado de septiembre por los austeros pasadizos de un edificio de mitad del siglo XVII. Y me gusta hacer regalos; es de las cosas más saludables que podemos hacer los seres humanos. En particular me gusta regalar orquídeas, quizá porque cuando pienso en ellas me viene a la cabeza el sabor de la vainilla, el único fruto comestible de las orquídeas. Sabemos que la vainilla reduce el estrés, estimula el sistema nervioso central, relaja los músculos y mejora nuestro estado de ánimo. También me gustan otras palabras que empiezan por la letra "v", como verdad, vuelo, viaje y vicio, en este último caso si pienso en ella, si no dejo de pensar en ella, en su rostro, en su piel, en sus hermosas arrugas que la vida le va dejando a su paso.
En realidad la "v" que más me gusta es la de la "vida", acompañada con la de "violoncello":
No hay comentarios:
Publicar un comentario