El otro día estaba leyendo en un Café y se me acercaron dos chicas italianas. Me preguntaron si conocía alguna pizzería de calidad que estuviera cerca de allí. Y las mandé a Vecchia Milano, en Marqués de Urquijo, la calle del Hotel Indigo en el que hago mis tertulias y donde he comido más de media vida desde que me la descubrió uno de mis íntimos amigos, José Luis, que nos ha dejado hace poco. El martes, a las 18.30, me reuniré de nuevo con mis amigos para hablar de libros y cualquier otra cosa que se nos ocurra ya que las tertulias literarias que me gustan tienen mucho de improvisación, como, por ejemplo, del paso del tiempo, de cómo los escritores lo reflejamos en nuestras obras. Tras darme las gracias, aquellas hermosas chicas italianas me dijeron que les recordaba a Marcello Mastroianni recién salido de "La dolce vita" de Federico Fellini. Mientras las veía alejarse comenzó a escucharse esta música:
En esos momentos recordé que hace un tiempo escribí un texto (en la tercera foto) para un libro colectivo, "Café Comercial. La casa de todos" (2022), en la edición de Rafael Soler, un buen amigo con el que estuve hace años en la junta directiva de la ACE, la Asociación de Escritores. Estaba leyendo el periódico (segunda foto), cuando en la página 24 me encontré la fotografía de una chica en la Fontana di Trevi. Lo demás es mi forma de escribir y de apresar el tiempo para convertirlo en espacio.
"Marcello, come here":


