El otro día paseaba por una calle de Madrid y vi la escultura de
bronce de una mujer con un libro en la mano, mirando ligeramente hacia
atrás.
Y no sé por qué me acordé de esa especie de aforismo de
Arthur Schnitzler, el escritor austríaco que vivió entre los siglos XIX y
XX y cuya novela "Relato soñado" inspiró a Stanley Kubrick su última
película, "Eyes Wide Shut", tan enigmática como apasionante.
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