Ayer me fui a dar una vuelta por esta feria del libro permanente que tenemos en Madrid. Hacía una fría, pero soleada y bonita mañana y daban ganas de pasear. No son los puestos de libros del Sena, pero es lo que más se le parece. En la película de Víctor Erice "Cerrar los ojos" (2023), el protagonista se acerca a este lugar, pasa los dedos por los libros y encuentra la novela que escribió hace muchos años. Se la dedicó al amor de su vida, pero por diversos motivos había terminado allí. Siempre recordaré cuando me compré en un puesto, siendo un crío, por cien pesetas, dos de las novelas que más quiero, "Rayuela", de Cortázar, y "El siglo de las luces", de Carpentier. Ayer por la noche volví a ver "Cerrar los ojos". "El sol del membrillo", "El sur" y "El espíritu de la colmena" son sus otras películas. A finales de año la revista norteamericana de literatura "The New Yorker", una de las más prestigiosas del mundo, la eligió la mejor película estrenada en Estados Unidos en 2024, aunque solo se llevó un premio Goya en nuestro país. Las otras películas de esta lista fueron "El brutalista", "Megalópolis", "Anora" y "La quimera". "Tras años de ausencia en el cine renace una "leyenda" octogenaria con esta obra de arte que resume su carrera, escribió el crítico Justin Chang. Apasionante, deslumbrante e inevitablemente polarizadora. Comienza como una historia de detectives cinéfilos, en que un cineasta retirado (Manolo Solo) se propone resolver una desaparición hace mucho tiempo, y después se transforma en un irónico drama hawksiano de amistad y descubrimiento". Para Chang, uno de los puntos clave de la película está en el final, donde asegura que "la película adquiere el silencio inquietantemente consolador de una sesión espiritista, como si nos estuviera confrontando con el espíritu mismo del cine".
Aquí se puede leer el artículo completo, aunque está en inglés:
Se inicia así: "Al comienzo de "El espíritu de la colmena" (1973), la sublime ópera prima de Víctor Erice, un proyeccionista ambulante llega a un remoto pueblo castellano con una copia de "Frankenstein" de James Whale. Es 1940, poco después del final de la Guerra Civil española, y la gente del pueblo, ávida de entretenimiento, pronto queda paralizada por esta triste e inquietante historia de un monstruo creado por el hombre; nadie más que Ana (Ana Torrent), una niña de seis años, intuye que está presenciando algo terriblemente real. ¿Y quién, habiendo experimentado el clásico de Whale, podría discutir con ella? La hermana mayor de Ana, Isabel (Isabel Tellería), sí intenta disipar sus miedos, “En el cine todo es mentira”. Y, sin embargo, Isabel insiste, con un toque de picardía, en que hay un monstruo real en el pueblo, un espíritu misterioso con el que pueden comunicarse a voluntad. "Cierra los ojos", susurra, "y llámalo" (...)
Y acaba de esta forma:
"Si alguna vez te ha gustado tanto una película que tuviste que darle la espalda, como si estuvieras en peligro de experimentar algo demasiado bueno, tal vez ya conozcas su significado. Cierra los ojos y sucumbe, es hora de que un cinéfilo sueñe".
Esta es la canción de la mítica "Río Bravo", de Howard Hawks, a la que alude Chang:
Y esta es la de Erice:
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