jueves, 6 de febrero de 2025

"Eres como un dios".


 
Me dijo una amiga tertuliana al acabar la tertulia de este martes. Me reí y pregunté a otra amiga tertuliana, mientras pagaba a Candela la manzanilla, si ella pensaba lo mismo y me dijo que sí. Así que volví a preguntárselo a otra amiga, y lo afirmó de nuevo. Al salir me quedé pensando si habían querido decir que era como un dios o que me lo creía. Seguro que era esto último, que me creo estar por encima del bien y el mal, y esas cosas. Eché a andar por la calle Princesa y me metí las manos en los bolsillos de mi gabardina negra tras colocar, correctamente, el pañuelo en el bolsillo superior de la chaqueta del traje también negro, como todos los trajes que me pongo siempre en invierno. Acto seguido me encogí de hombros y sonreí a un perrito que pasaba tan contento junto a su dueño. Lo que sí recuerdo muy bien es que mi madre siempre decía que era como un sol; cuando se lo escuchaba me reía y le decía que podría ser algo así como el Rey Sol, jeje. Desde luego que siempre lo fui para ella. Mientras escribo estas cosas me acuerdo de esta foto que me hice el otro día en un Café (me paso media vida sentado en un Café) pensando que me gustaría subirme a una avioneta y recorrer África antes de que ella me lave el pelo y me corte las uñas de los pies.
 
Es lo que tiene ser un sol:
 
Y poder volar:
 
 
Es lo que tiene ser escritor, supongo, y tener a mi disposición todas las páginas en blanco de los cielos de África.

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