Este verano he paseado por el desierto, y he conocido varios oasis llenos de dátiles, plantas, flores, animales, música y poesía.
Me doy un aire a Al Pacino en "El precio del poder", pero bailo con mi chica en "La la land" bajo las estrellas de Los Ángeles. Y me subo a la mesa de la Universidad en "El club de los poetas muertos" para hablar con mis alumnos. Me paseo por Irlanda como en "El hombre tranquilo" y susurro un poema de amor en el desierto de Túnez como en "El paciente inglés".
Hace un tiempo M Jesús Egmont me dijo en esta red social que esta sería la banda sonora de mi vida:
"El otro día ya dije que no te veo en "La guerra de las galaxias", pero lo hago bailando bajo las estrellas con tu chica como en "La la land". O siendo el profesor Keating para sus alumnos de clase en "El club de los poetas muertos", o ayudando a todos en este muro para emitir nuestros alaridos por los techos del mundo. Porque creemos que la palabra y la poesía sí pueden cambiar el mundo, como bien decía Whitman. También podrías ser un "hombre tranquilo" en Irlanda o un Al Pacino con el aspecto que tenía en "El precio del poder", pero marcándote un tango como hacía en "Esencia de mujer", y enseñar la belleza de la vida a los jóvenes. O, simplemente, ser un conde Laszlo en "El paciente inglés".
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Siempre he pensado que cada uno de nosotros debe bailar su propia vida, como si no dejáramos de ser rebeldes sin causa en la escena del observatorio de "La la land" que sirve de homenaje a la película de Nicholas Ray que inmortalizó a James Dean y Natalie Wood, pero con los rostros de Ryan Gosling y Emma Stone o con el tuyo y el mío:
https://www.youtube.com/watch?v=-3VMlzuvMf8
Solo debemos saber que el oasis vive dentro de nuestra mente, de la de cada uno de nosotros.
viernes, 29 de agosto de 2025
"Conozco un oasis en medio del desierto".
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