Este próximo lunes 7 de julio el estudiante camerunés Daniel Domwa leerá su tesis doctoral "Memoria y alteridad en unos cuentos breves de Justo Sotelo, Jorge Ávila y Juan Ramón Santos", en la Universidad de Maroua de Camerún, y bajo la dirección del catedrático Michel-Yves Essissima (en la tercera fotografía). Es una noticia bonita que me contó antes de ayer Richard Vandou (en la segunda fotografía), profesor de literaturas hispanoafroamericanas en español en aquella Universidad, lo que me suscita varias reflexiones. La primera es que África se mueve y los jóvenes estudian cada vez más; la segunda es que soy afortunado. Y la tercera que merece la pena dedicar tantas horas de la vida para crear alguna cosa, la que sea, aunque sepamos que la pequeña aportación acabará formando parte de la inmensidad del mar como esa gota que mueven las olas camino de la infinitud y por sí sola no es nada y a la vez lo es todo. Lo expresa con belleza el poema de William Wordsworth, "Oda a la inmortalidad", que tanto me gusta y citó ayer por la tarde Gracia, la hija de mi amigo José Luis en su despedida de este mundo:
Daniel Domwa ya había hecho en 2020 su tesina sobre mis "Cuentos de los viernes" y mis "Cuentos de los otros", ambos editados por Bartleby, para obtener el diploma de Máster en Estudios Hispánicos en la misma Universidad.
Como el amor y el deseo dan sentido a la vida, un sentido humano y eterno, uno de mis relatos, "Desayuno en París", gira alrededor de "La canción de los viejos amantes" de Brel, una de sus historias más hermosas:
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