Me dijo ayer mismo Juana Martínez López-Prisuelo cuando se acercó para regalarme su novela "La llave de Luna", que le ha presentado recientemente la actriz Luz Lobato (estoy con ambas en una foto del año pasado en la terraza del Círculo de Bellas Artes). Los piropos me parecen tan curiosos como bonitos y me puse contento, jeje. Esto es algo que me recuerda la breve conversación que mantuve hace poco por aquí con Emma Alonso, quien, al hilo de mi pregunta sobre si era más romántico que sexy o a la inversa, me dijo: "Eres un romántico, sexi no
, bueno un poquito". Y yo le respondí que me recordaba esa vez en la que fui a un programa de la radio donde el presentador llamaba feos a todos sus invitados, y cuando me vio llegar al estudio me llamó feo, pero me miró mejor, rectificó en seguida y dijo "bueno, un poquito feo". La verdad es que podría contar historias curiosas e interesantes que me han ocurrido en televisiones y radios, públicas y privadas. A veces me han llamado para que hablara de ciertos temas diciéndome que tenía que defender una posición concreta, aunque no coincidiera con la mía, con el fin de lograr que fuera una tertulia polémica que subiera la audiencia. Como me negaba a ello, no me invitaban. Y cuando he ido no me han vuelto a llamar, ya que llevaba la contraria a la línea ideológica de esa TV o radio.

Este verano me leeré la novela de Juana. Y como vive en Manhattan y es vecina de Woody Allen, al que se encuentra de vez en cuando por la calle, mientras me tomo el primer café de la mañana escucho la música de una de sus películas que más me gustan, un homenaje a los hermanos Marx, algunos de los tipos que forman parte de mi vida y han ayudado a conformar mi carácter.
Y París, claro:
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