sábado, 2 de agosto de 2025

"Las horas de cada persona o cómo atrapar la luz".


 
Cuando digo que soy progresista, no me refiero tan solo a los temas sociales, como es obvio, sobre los que he escrito libros y artículos científicos. Me refiero también al arte, donde incluyo la literatura. En el juego temporal de lo simultáneo y lo sucesivo, necesito sentirme de mi tiempo e incluso del tiempo futuro. Me aburren las obras que repiten las que ya se han escrito pues creo en la continua evolución de lo simultáneo, como diría Eliot.
 
En esta fotografía de 1976, de Robert Mapplethorpe, se ve a Robert Wilson, arquitecto, dramaturgo y director vanguardista de escena, fallecido el jueves en Nueva York, con Philip Glass, que puso música a su ópera "Einstein on the beach", una de las más importantes del arte contemporáneo (cada vez que menciono a Glass me acuerdo de su música para la película "Las horas" y de Virginia Woolf con la que comparto su visión progresista del arte y la literatura). Siempre que pienso la ópera de Wilson o escucho frangmentos (dura cinco horas y el público se puede levantar de sus asientos cuando quiera, irse al baño, tomarse algo y volver), sé que vivo en mi época desde el punto de vista creativo, lo que he querido llevar a la literatura con mi última novela "Poeta en Madrid" (2021). Es una ópera en cuatro actos que evita la narrativa tradicional con un enfoque formalista en espacios estructurados, diseñados por Wilson con gráficos que se conectan por cinco "knee plays" o intermezzos. Es una investigación científica (la teoría de la relatividad y la producción de armas nucleares), para la que Glass no usó solistas, únicamente un pequeño coro que canta sílabas sin sentido al ritmo de la música. La historia es leída por un narrador, y el papel de Einstein no tiene letra, puesto que fue escrito para violín. Los lugares principales son un tren, un juicio y una nave espacial que flota sobre la Tierra. Esta es una interesante explicación de la obra:
 
Esta es la ópera completa:
 
Con más de doscientas producciones de teatro y ópera en su haber ("Pelléas et Mélisande" fue su última incursión liceísta el año 2012), Wilson estuvo en Barcelona el año pasado, donde ofreció en el Liceo un viaje espiritual con su producción del oratorio de "El Mesías", de Händel. Casualmente, escuchaba a Händel cuando me enteré de su muerte.
 
El arte no es nada sin la ciencia y la ciencia no es nada sin el arte.

viernes, 1 de agosto de 2025

"El 1 de agosto es un hermoso día".


 
Esta fotografía es de hace una semana y pico, pero me parece que le va bien a este día. El calendario romano original tenía diez meses, y marzo era el primero, así que agosto se llamaba antes sextilis (sexto en latín). El 8 a. C. el Senado lo rebautizó en honor del emperador César Augusto. Su nombre de nacimiento era Cayo Octavio, aunque recibió el título honorífico de Augusto. "Augustus" alude a "augur" o "consagrado por augurio" por sus connotaciones de venerabilidad, majestuosidad o reverencia. Y es verdad que el nombre de Augustus se da un aire al de Justus. Deriva del latín "iustus" con cualidades de imparcialidad, integridad moral y rectitud. Y como siempre me dicen que tengo aire de actor italiano, me tomo un café escuchando las "Beatitudes" de la "Gran Belleza", de Sorrentino, la búsqueda de la belleza y la autenticidad del protagonista, Jep Gambardella, perdido en un mundo de apariencia y hedonismo. En el clímax de la historia, sor María le pregunta por la razón de su bloqueo creativo, a lo que este responde que la búsqueda de esa Gran Belleza es lo que ha provocado que no volviese a escribir una novela desde "El aparato humano", su gran éxito de juventud:
 
 
Saboreo el primer café de la mañana y pienso en las seis novelas que he escrito, desde "La muerte lenta" en 1995. Tuvimos una bonita presentación en la Universidad San Pablo. La compraron muchos de mis alumnos. 
 
Sí, el 1 de agosto es un bonito día para seguir escribiendo.