La tertulia en el "Café Gijón" fue comprometida, debatida y, sobre todo, divertida.
Empezamos la conversación hablando de si existe realmente una
literatura de mujeres y acabamos haciéndolo de varias de las mujeres
directoras del cine español, como Coixet, Bollaín y Querejeta. Y si
también ellas hacían películas de mujeres o no. Entre medias María
Victoria nos habló de magia, Javier utilizó la tecnología para alumbrar
un poema en papel, no para leerlo en el móvil, María
Antonia comentó su último libro, que se iniciaba con una frase de
Woolf, Cristina nos llamó machistas a unos cuantos, yo me dejé la poca
voz que me quedaba, Peter nos contó las experiencias de su padre,
profesor de filosofía, con sus jóvenes alumnos lectores, Mariwan citó
unas frases de Nietzsche, Santiago, Almudena, Eduardo, Juanjo, Isabel,
Antonio y las tres Cármenes dijeron también cosas oportunas y salieron
por allí los nombres de Sand, Austen, las hermanas Brönte y Hugo.
Lo más interesante de todo esto es que no llegamos a ninguna
conclusión, por supuesto. Mientras les hacía las fotografías y escuchaba
dialogar a mis amigos con tanta pasión, cortándose unos a otros y
llevándose la contraria, pensaba que el secreto de estas tertulias
basadas en "el arte por el arte" es la capacidad que tienen algunas
personas para involucrarse en los asuntos que no sirven para nada, y por
eso son los más importantes.
¿O es que la literatura y el cine sirven para algo, y sentarse un martes para hablar de ello en un café?
¿O es que la literatura y el cine sirven para algo, y sentarse un martes para hablar de ello en un café?
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