Hablando con Mohamed El Morabet de su novela "Un solar abandonado", o
cómo vivir en profundidad una tertulia en el Café Gijón, y acompañados
de algunos de mis alumnos.
Mohamed escribe realmente bien. Sabe
que la buena literatura posmoderna se basa en el dominio del lenguaje,
aplicado o no a la idea de la "mímesis" que defiende Auerbach, por
ejemplo. Siempre ha sido así, pero ahora lo es más que nunca. No hablo
de "best sellers" ni de cifras de ventas, sino de la literatura que
puede quedar en el futuro. Marías, Sebald, Perec, Vila-Matas, leídos y
analizados en un viaje que es exterior, y sobre todo interior, donde el
narrador se disfraza de otros personajes que cuentan historias, como en
la mejor tradición oral. En el fondo se trata de transcribir un cuento
que a lo mejor podría contar un mudo.
Los tertulianos habituales estuvieron espléndidos, como siempre, y también mis alumnos.
(Como anécdota para el recuerdo, hacia el final de la tertulia apareció por allí Jesús Ferrero, el escritor de la mítica novela "Bélber Yin", del año 1982, como si anduviera perdido. Entonces pensé que también podría haber sido un personaje de Mohamed).
(Como anécdota para el recuerdo, hacia el final de la tertulia apareció por allí Jesús Ferrero, el escritor de la mítica novela "Bélber Yin", del año 1982, como si anduviera perdido. Entonces pensé que también podría haber sido un personaje de Mohamed).
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