martes, 20 de agosto de 2024

"Celebrando la amistad, celebrando la vida".


 

Mañana miércoles por la mañana me acercaré a la radio de todos los veranos para charlar de literatura con Isidro Pérez Brito en su Radio Realejos, en el centro del Valle de la Orotava, al pie del Teide. Me apetece saludarlo y recordar a su hermana Remi, que nos dejó hace algo más de un año y a la que cogí tanto afecto.

Será a las 11 de la Península y las 10 en Tenerife:

https://emisora.org.es/realejos/

https://www.youtube.com/results?search_query=radio+realejos+directo

Y como soy de los que piensan que hay que celebrar cada día que tenemos, la salida del sol, el ocaso, el sonido de las olas, el susurro de las montañas, el amor, la amistad, ayer por la tarde Paqui, Justi y Álex nos fuimos a ver a "mi" poeta del norte de Tenerife, Candelaria Villavicencio. Lali es una poeta con un solo libro publicado, y ya lo sería aunque no hubiera publicado ninguno. Javier Del Prado y yo prologamos ese libro. Ahora está preparando otro con María Felina León Beltrán, otra "jipi" como ella que también vive en Buenavista del Norte.

En cierto momento me puse a hablar de los tres grandes y únicos temas de la literatura, el tiempo, el espacio y el otro, y para poner un ejemplo busqué uno de mis cuentos en Google:

"Le pregunté la hora a la salida de la biblioteca pública. Ella me miró y me dijo que no llevaba reloj, pero que podíamos caminar juntos hasta el parque.

Hacía una bonita tarde de mediados del mes de septiembre.

A principios de octubre quise llevarla a una playa lejana. Nos acercamos a la estación de autobuses hablando sin parar y perdimos el único que conducía a la playa; el problema es que no salía otro hasta un año después. Alargué el brazo al primer taxi que pasaba por allí y le pedí que siguiera al autobús y lo adelantara; así podríamos cogerlo más adelante. El taxista sonrió condescendiente, pero nos aseguró que habría más pasajeros a lo largo del trayecto. Le dijimos que no nos importaba. En los siguientes minutos varios hombres y mujeres subieron y bajaron del taxi. Hablamos con ellos, intentamos conocerlos y caerles bien. Como era previsible, el taxi adelantó al autobús y ella y yo lo esperamos en la siguiente parada. Poco después ocupamos los únicos asientos que quedaban libres. Sonreímos felices hasta que nos miramos a los ojos; de pronto nos habíamos convertido en dos ancianos.

No te preocupes, dijo ella convencida. Aunque no llevo reloj, sé que nuestro amor es eterno.

Y nos besamos al llegar al parque".

("El autobús de la playa", de "Cuentos de los otros", Bartleby, p. 18).

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Ahora amanece y yo lo celebro, como diría Walt Whitman:

https://www.youtube.com/watch?v=7CVfTd-_qbc

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