Se está convirtiendo en una costumbre visitar cada verano a esta pareja de artistas, Charo Alonso Panero y Javier De la Rosa, en su casa, y es lo que hicimos ayer por la tarde Paqui, Justi, Álex y yo. La prima de los Panero tiene que ponerse buena del todo y su marido no dejar de escribir. Mientras tanto hablamos de la poesía de su tío Leopoldo Panero, de la película "El desencanto", las relaciones de la familia con la mujer de Franco y de los poetas del 27 y el 36 como Lorca, Cernuda, Dámaso, Rosales, los Novísimos y Leopoldo María Panero. Eso sí, no dejamos de reír, ya que a mí no se me ocurre una tertulia o una clase en la Universidad sin hacer bromas, utilizar la ironía y ser poco serio. Aproveché para dejar a Charo el regalo que le quería hacer Juana Martinez Lopez-Prisuelos, que le compró en México y que me dio en Madrid para ella antes de volverse a Nueva York, firmarles mi libro "Un hombre que se parecía a Al Pacino", que Javier compró en la librería Agapea de Santa Cruz, y llevarme un libro con la poesía completa de Leopoldo María.
Luego, en el coche, Cohen cantó a Lorca, como en este amanecer de viernes sobre el mar:
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