jueves, 15 de marzo de 2018

"El río que nos lleva".

Hoy comeré en "El rana verde", junto al río Tajo, antes de dar una charla en el Campus de Aranjuez de la Universidad Rey Juan Carlos. A veces he comido en ese restaurante cuando he ido a Aranjuez, una de mis ciudades favoritas de este país. Aquellos paseos por el Palacio Real y sus jardines, por la Casa del Labrador, por los Jardines del Príncipe.

Podría escribir bastantes páginas en Facebook sobre las vivencias que he tenido en Aranjuez (incluida alguna fiesta en el palacete de uno de los miembros más conocidos de la "jet set" madrileña), pero solo comentaré la primera vez que me encontré con José Luis Sampedro, precisamente en "El rana verde". Ambos comíamos allí y nos presentó un amigo común. Le dije que a veces nos comparaban (los dos economistas, él catedrático y yo a punto de serlo, y los dos escritores, pero él mucho más alto y mayor que yo). También le hablé de las que consideraba sus obras maestras, "Octubre, octubre" y "La sonrisa etrusca" y él lo hizo de una novela anterior, "El río que nos lleva", publicada en 1961, y donde se refiere a los gancheros del río Tajo en su trabajo de transportar la madera​ río abajo, desde la Serranía Ibérica, en Guadalajara, hacia los barrancos y parameras de La Alcarria, y desembocar en la vega de Aranjuez.

Un tiempo después le invité a mi tertulia y lo convertí en personaje de mi novela "Las mentiras inexactas".

El río que nos lleva, como la propia vida.

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