lunes, 12 de marzo de 2018

"La historia de Melody Gardot y unos zapatos de tacón de cristal".

Me despierto escuchando "Our Love is easy" entre las olas. Melody Gardot (Nueva Jersey, 1985), es una de las cantantes de jazz más admiradas de la actualidad. Con 19 años iba en bicicleta por una calle de Filadelfia y fue atropellada por un coche que se saltó un semáforo en rojo.

Quedó en el suelo con la pelvis fracturada e infinidad de traumatismos. Hasta entonces pintaba y soñaba con trabajar en el mundo de la moda. Tardó varios meses en volver a hablar y caminar -su cerebro funcionaba, pero las palabras no salían de su boca-. Un neurólogo le animó a usar la música como terapia. Al principio lo hacía porque le fallaba la memoria a corto plazo. En una entrevista para EL PAÍS dijo: “Cuando regresé a casa había un par de zapatos de tacón de aguja al pie de la cama y no dejaba de mirarlos pensando que algún día me los pondría. Conocí a una osteópata muy especial a la que no le importaba el negocio de las aseguradoras médicas o el número de pacientes que debía atender cada día, y le pregunté si creía que podría volver a caminar algún día. Y ella me contestó: "Nena, yo te voy a ver bailando”.

Hoy sigue siendo hipersensible al sonido y la luz -de ahí sus gafas oscuras, tanto en su vida cotidiana como en los conciertos- y a veces camina con un bastón. Su última visita a España fue hace dos años para un concierto en Barcelona, donde se dirigió al auditorio en castellano con acento portugués. Por algún lado he leído que le preguntaron dónde había aprendido esos idiomas y ella contestó que los aprendía en la cama (había tenido un novio argentino y otro portugués).

"Our Love is easy" es una canción deliciosa que compuso en 2009 junto a Jessi Harris y dentro del álbum: "My One and Only Thrill".

https://www.youtube.com/watch?v=SkBuxeIsXDo

La letra habla de esos amores irremediables, marcados por un destino que ha “condenado” a dos corazones a no estar completos hasta que se funden con su amante en cuerpo y alma. Son relaciones en las que no hace falta hablar mucho; no se necesitan anillos y se puede convivir sin exigir nada y con la emoción de que cada beso es como el primero. La música comienza con la sección de cuerda que llevará todo el peso del inicio de la canción. Después aparecen la batería tocada con escobillas, el bajo, el piano, la trompeta y el saxo, arropando a esa voz suave en busca de la emoción.

En fin, me tomo un café mientras las olas siguen mezclándose con la voz de Melody Gardot. 

Cómo no voy a ser escritor ante la belleza de este mundo. 

Cómo no voy a amar la música.

No hay comentarios:

Publicar un comentario