Entre las varias tramas o subtramas de
esta novela una hace referencia al padre del protagonista, Teo Abad,
que está obsesionado con volar el Valle de los Caídos. No voy a desvelar
ahora si ocurre o no al final de la novela, aunque es verdad que estuve
varios meses dando vueltas y más vueltas a las últimas páginas, y
escribí varios finales. Solo me apetece decir que Teo no cree que la
solución sea volar nada, ni para olvidar esa guerra ni para olvidar ninguna
guerra. Es consciente de que hay personas que se sienten los amos del
Universo, quizá porque algún Dios justiciero les ha otorgado el poder de
hacerlo. Y con su actitud cambian la vida de mucha gente, de una o dos
generaciones de personas. Sin embargo, el tiempo pone a cada cual en su
sitio.
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