La tarde de ayer en Madrid
tuvo frío, lluvia y viento. El calor se encontraba en la cripta del
Café Gijón y las diferentes interpretaciones que hicimos los tertulianos
del cuento "Casa tomada", de Cortázar.
Hablamos de la lectura
textual que permite que con cada nueva lectura los hermanos, Irene y el
narrador, vuelvan a sentirse amenezados en la vieja casa familiar (sería
la visión efectuada desde la pragmática como parte de la semiótica). De
la añoranza de una literatura europea por el narrador, que se puede
rastrear en las influencias de escritores como Plinio, Maupassant,
Chateaubriand y Poe, entre otros, sobre Cortázar. De la peculiar
relación de los hermanos, desde la posibilidad del incesto a la
expulsión del Paraíso como si fueran Adán y Eva. Tampoco nos olvidamos
de la visión peronista del asunto, de la clasificación del cuento dentro
del realismo, el realismo mágico o la literatura fantástica e incluso
de la idea de la "espacialización del tiempo".
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