lunes, 21 de octubre de 2019

"Un feliz día de lluvia en Madrid y Nueva York".

En su última película estrenada Woody Allen nos cuenta que el mundo está lleno de aprovechados que utilizan a los demás, pero que no son felices. De personas que se dejan utilizar por los demás para lograr sus fines, pero que tampoco son felices. Y de algunas otras personas a quienes no les importa mojarse bajo la lluvia. Estas últimas son las que van a darse una vuelta por el MOMA por el simple placer de sentirse rodeadas de arte, las que tocan al piano canciones que suenan a jazz de vinilo y las que pasean en coches de caballos por el Central Park. Woody Allen morirá siendo un genio, y es uno de los pocos cineastas contemporáneos (y artistas en general) que admiro. Cada año tengo una cita con su cine, lo que ocurrirá hasta que se retire de viejo, como me sucedió con el director portugués Manuel de Oliveira, con un cine tan diferente. Sentía que no volviera a estrenar más películas, pero afortunadamente ayer llovió todo el día sobre Madrid y el cine estaba lleno de gente.

En Madrid queremos mucho a Woody Allen.

1 comentario:

  1. ¿Cuál es el proceso creativo de Roland Pollard, un cineasta reconocido y de prestigio en la película “Día de lluvia en Nueva York” del director Woody Allen?

    Una crisis creativa le induce a Pollard a plantearse la validez y veracidad de su obra mientras una cadena de hechos se suceden a su alrededor. Conoce a una preciosa universitaria de periodismo Ashleigh (Elle Fanning) que viaja con su novio Gatsby Welles (Timothée Chalamet) hasta la ciudad de Nueva York con el único fin de hacerle una entrevista y tener la “exclusiva”.

    Pollard ante la duda y la incertidumbre de su última película elige un camino fácil que le evade de la realidad. La bebida le conduce a la evasión del tedio y el dolor; una huida hacia la oscuridad, los recuerdos y la melancolía.

    Una obra metafictiva con multitud de espejos ficcionales, dobles y referencias literarias (Virginia Woolf, Shakespeare, Henry James) atravesado por el "yo" y la creación de su mundo de ficción que recrea el director. Nueva York, la ciudad amada y soñada por Woody Allen se convierte en una ciudad hostil y amenazante que separa y divide a todos sus personajes. La vida por la ciudad trascurre bajo la lluvia incesante que cubre sus calles y avenidas; lugares y espacios que acogen las escenas consecutivas de una vida azarosa y sin rumbo fijo; una comedia romántica de enredos y casualidades o tal vez, acciones que se suceden y traspasan el umbral mental de la pareja de enamorados.

    ¿El mundo es tal y como lo vemos? ¿Cómo percibimos la realidad? ¿Buscamos las razones y los motivos que conllevan a los seres humanos a actuar de una forma determinada? El rumbo de la vida puede desviarse en un solo momento, no hace falta un fin de semana para que la ciudad de los rascacielos desencadene la ruptura y separación de los seres humanos. Un beso grande Justo

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