Cosiéndome un botón del abrigo ayer por la tarde, antes de ir a la tertulia del "Café Gijón", en mi peluquería de siempre.
Tenía que esperar a que mi peluquero terminara con una señora, así que le pedí hilo y aguja. En la trastienda se escuchaba la vieja serie del "Comisario Colombo". También puedo decir que sé freír un huevo, a pesar de que suele salirme siempre una tortilla, y viceversa. A veces también pongo la lavadora en casa. Ya sé que primero hay que apretar un botón y después otro. Lo esencial es la complicada maniobra para apagarla.
Tenía que esperar a que mi peluquero terminara con una señora, así que le pedí hilo y aguja. En la trastienda se escuchaba la vieja serie del "Comisario Colombo". También puedo decir que sé freír un huevo, a pesar de que suele salirme siempre una tortilla, y viceversa. A veces también pongo la lavadora en casa. Ya sé que primero hay que apretar un botón y después otro. Lo esencial es la complicada maniobra para apagarla.
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