lunes, 18 de octubre de 2021

"La literatura Möet Chandon".

No voy a hablar de los premios Planeta, sino de que ayer me pasé parte de la tarde leyendo a Emily Dickinson y escuchando una obra del norteamericano John Adams (Massachusetts, 1947). Tampoco tendría mucho que decir de los premios que concede una empresa privada que asegura dedicarse a la literatura, ya que nunca he leído nada premiado por ella. La vida es muy corta; la pasamos tomando decisiones y a mí me gusta el Möet Chandon.
 
"Harmonium" (1981) parte de tres poemas, uno del poeta inglés del XVII John Donne y dos de Emily Dickinson, la poeta norteamericana del XIX. Es interesante comprobar cómo se pueden unir tres siglos tan distintos gracias a la música, algo que comprobé el otro día con Lope de Vega y Bach:
 
 
Esta obra comenzó con una imagen sencilla en la mente de Adams, la de un único tono como si palpitara. Es una especie de viaje que te eleva y te arrastra, como queda patente en "Negative Love", de Donne. Los cambios en la armonía, que suelen ser una articulación de compás a compás en la música tonal (al menos en Occidente), ahora son otra cosa, una especie de ambigüedad a lo largo de un tiempo tan prolongado que apenas adviertes que se han producido esos cambios. El efecto sorpresa y la tensión emocional lo provocan los poemas de Dickinson. 
 
Estos son los 3 poemas:
 
"Negative Love" ("Amor negativo"), de John Donne (1572-1631).
 
"I never stoop'd so low, as they
Which on an eye, cheek, lip, can prey;
Seldom to them which soar no higher
Than virtue, or the mind to admire.
For sense and understanding may
Know what gives fuel to their fire;
My love, though silly, is more brave;
For may I miss, whene'er I crave,
If I know yet what I would have.
If that be simply perfectest,
Which can by no way be express'd
But negatives, my love is so.
To all, which all love, I say no.
If any who deciphers best,
What we know not—ourselves—can know,
Let him teach me that nothing. This
As yet my ease and comfort is,
Though I speed not, I cannot miss".
 
"Jamás me arrodillé, como aquellos
que adoran un ojo, mejillas, labios;
rara vez hasta aquellos que no se remontan
para admirar la virtud o la mente;
pues sentido e inteligencia pueden
reconocer aquello que alimenta su fuego.
Mi amor, aunque ignorante, es más audaz,
mi fracaso está en el suspiro
si he de saber qué es lo que deseo.
Si es simplemente lo perfecto
lo que no puede expresarse
sino con negativos, así entonces es mi amor;
al Todo que todos aman digo no.
Si alguien puede descifrar
aquello que desconocemos
entonces a nosotros conocer puede,
que él me enseñe esa Nada.
Es este, por ahora, mi alivio y consuelo,
aun cuando no halle progreso, fallar no puedo".
 
"Because I could not stop for Death" ("Porque no pude detenerme ante la Muerte"), de Emily Dickinson (1830-1886).
 
"Because I could not stop for Death
Because I could not stop for Death -
He kindly stopped for me -
The Carriage held but just Ourselves -
And Immortality.
We slowly drove - He knew no haste
And I had put away
My labor and my leisure too,
For His Civility -
We passed the School, where Children strove
At Recess - in the Ring -
We passed the Fields of Gazing Grain -
We passed the Setting Sun -
Or rather - He passed Us -
The Dews drew quivering and Chill -
For only Gossamer, my Gown -
My Tippet - only Tulle -
We paused before a House that seemed
A Swelling of the Ground -
The Roof was scarcely visible -
The Cornice - in the Ground -
Since then - 'tis Centuries - and yet
Feels shorter than the Day
I first surmised the Horses' Heads
Were toward Eternity".
 
"Porque no pude detenerme ante la muerte
 Porque no pude detenerme ante la muerte,
amablemente ella se detuvo ante mí;
el carruaje solo nos encerraba a nosotros
y a la inmortalidad.
Condujimos lentamente, ella no sabe de apuros;
y por su cortesía debí abandonar
mis labores e incluso
mis ratos de ocio.
Pasamos por la escuela donde jugaban los niños
Sus lecciones apenas concluidas;
pasamos frente a los campos de pastoreo
y ante el sol que se ponía,
Nos detuvimos ante una casa que parecía
una hinchazón de la tierra;
su techo, solo visible,
su cornisa, apenas un montículo.
Desde entonces han pasado siglos;
pero cada uno parece más corto
que el día en que anuncié por vez primera
que las cabezas de los caballos
apuntaban hacia la eternidad".
 
"Wild Nights" ("Noches salvajes"), de Emily Dickinson.
 
"Wild Nights
Wild Nights – Wild Nights!
Were I with thee
Wild Nights should be
Our luxury!
Futile – the Winds –
To a Heart in port –
Done with the Compass –
Done with the Chart!
Rowing in Eden –
Ah, the Sea!
Might I but moor – Tonight –
In Thee!"
 
"Noches Salvajes
¡Noches Salvajes - noches Salvajes!
¡Si yo estuviera contigo
Las noches Salvajes serían
Nuestro lujo!
¡Fútiles - los vientos -
Para un Corazón en puerto -
Que ha terminado con la Brújula -
Que ha terminado con la Carta de Marear!
Remando hacia el Edén -
¡Ah - el Mar!
¡Si yo pudiera tan sólo amarrar - esta noche -
En ti!"
 



 

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