sábado, 9 de octubre de 2021

"El juicio a Emma Bovary. La novela del escándalo".

Ayer por la mañana, mientras explicaba ecuaciones de matemáticas a mis alumnos en la pizarra, mi amiga y tertuliana mallorquina Elena Gayán me envió un documental que se ha proyectado estos días en el Canal Arte francés, sobre el personaje inmortal de Flaubert. Elena no estuvo esta semana en nuestra tertulia ya que se encontraba en el Instituto Cervantes de París en unas jornadas de literatura. Pronto tendremos en la tertulia del Gijón a una de las escritoras extranjeras participantes para que nos hable de su obra. 
 
Esta es la película:
 
Emma es una joven lectora de novelas románticas que se casa con el médico Charles Bovary, un tipo demasiado conservador e incapaz de ofrecerle una vida "diferente", sobre todo en el terreno sexual. El tedio empieza a apoderarse de ella, pensando en vivir las aventuras románticas que había leído en las novelas, como le había ocurrido a don Quijote. A lo largo de la novela sacará su impulso apasionado, erótico y romántico, tratando de alcanzar lo que había soñado para sí misma gracias a esas novelas, lo que le hará seguir sus impulsos sin importarle la moral, los prejuicios sociales o las consecuencias que le pudiera ocasionar a su familia. Por eso, aunque Flaubert se sentó en una sala de juicios, en realidad estaban sentando a Emma, por ultraje a la moral pública y religiosa y a las buenas costumbres. La obra se convirtió en un símbolo feminista que refleja la lucha y el despertar de la conciencia femenina. Su nombre sirvió para bautizar un trastorno psicológico, el bovarismo. 
 
Esto de llevar a juicio a un personaje de ficción entra dentro de las cosas curiosas que tenemos los seres humanos, supongo. Y ahora me tomo el primer café de esta bonita mañana de otoño mientras escucho una canción dedicada a todos los que juzgan moralmente a los demás:
 

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