sábado, 23 de octubre de 2021

"De actores y escritores, en la presentación de Mecánica terrestre, de Emma Prieto".

Las terrazas del barrio de Malasaña estaban llenas de gente. Como en Madrid hablamos alto y siempre nos estamos riendo, aquello se veía y se escuchaba animado. Cerca de la Plaza del Dos de Mayo se encuentra la librería "Ciento volando", y en el sótano de ese lugar el escritor Eloy Tizón presentó ayer por la tarde "Mecánica terrestre" (Eolas), el último libro de relatos de Emma Prieto. Mientras la gente saludaba en la calle a la escritora, yo me apoyé en la fachada de la librería con la suela del zapato sobre la pared. Emma se fijó en mí, y no se acercó a saludarme, a pesar de que ya nos conocemos desde hace varios años y asiste a la tertulia del Café Gijón. Poco después me dijo que es vergonzosa y no me había reconocido. Incluso le dio la sensación de que yo era un actor que iba a otro tipo de acto, y no a la presentación de un libro. Nos reímos y en seguida me dedicó su libro (tercera foto). En mi blog he hablado de sus dos últimos libros, "Radiografía de ausencias" y "Escamas en la piel", y de este último afirmé que me recordaba a Kafka y Calvino. "Mecánica terrestre" no lo he leído, como es lógico, pero ella me ha prometido hablarnos de él en una tertulia. Su literatura es sorprendentemente interesante y depurada, y, en estos tiempos en los que a veces creo que ya lo he leído todo, me aporta nuevas ideas y un lenguaje fresco e irónico, a la vez que fantástico, que encuentro próximo a lo "real maravilloso", como diría Carpentier. 
 
Ya que mucha gente me llama actor (digamos actor literario), quizá por los vaqueros rotos que llevaba ayer por la tarde, las gafas de sol y la bufanda, tengo música para cada momento de mi vida, como si viviera las escenas del cine de Woody Allen, Eric Rohmer o Bertrand Tavernier. Algunas de las imágenes de Emma Rubio me recuerdan a los textos de Haruki Murakami, y por eso me tomo el primer café de esta bella mañana de otoño escuchando el leitmotiv de una de las novelas del japonés. 
 
Decir Liszt es decir belleza, como decir Emma Prieto:
 

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