Al igual que le ocurre a Bernstein, yo también pienso que la Novena sinfonía de Mahler es una de las cumbres de la música. Ayer por la tarde volví a escucharla paseando por el mar. He contado más de una vez que mi relación con la música fue progresiva y comenzó con los románticos como Beethoven, Liszt y Chaikovski. Luego me fui hacia atrás en el tiempo para entender el sentido de los barrocos y de los neoclásicos, y regresé a los románticos, puesto que ya era capaz de percibirlo todo mejor. Hablo de músicos como Schubert, Schumann, Chopin, Mendelsshon, Berlioz, Verdi, Wagner, Puccini, Strauss, Brahms, Rachmaninov, Brucker o Mahler. En torno a los 16 años llegué hasta este último y me dije que era mi compositor. Lo mismo sucedía cuando me paraba frente a los cuadros de Cezanne y de Picasso, de tal manera que en mi "imaginario" particular, como podría decir Jung, la Novena de Mahler permanecía muy unida a los primeros cuadros cubistas de Picasso y al surrealismo de Cezanne. Y terminé por inventarme a un personaje que se llama Relham, que es Mahler al revés, para protagonizar mi última novela por ahora, "Poeta en Madrid" (2021, Huso), de apenas cien páginas, aunque la he estado escribiendo toda mi vida.
Mientras amanece sobre el mar, Relham escucha a Abbado y a la Joven Orquesta Gustav Mahler:
Espero que algunos jóvenes realicen el mismo recorrido que hice yo. Si es así, la belleza estará a salvo, y siempre será Navidad.
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