domingo, 1 de julio de 2018

"En la playa de Chesil".

Ian McEwan (Hampshire, Inglaterra, 1948) es de los escritores actuales que me interesan. "Amsterdam", "Expiación" y "Chesil Beach" son tres de sus novelas que más aprecio.

Ayer se estrenó en España la adaptación cinematográfica de la tercera de esas obras, dirigida por el director inglés de teatro Dominic Cooke. Estamos en el sur de Inglaterra en el año 1962. Florence y Edward tienen poco más de veinte años; él es licenciado en Historia y ella violinista. Ella es de clase media alta, lo contrario que él. Un día se encuentran en la universidad, se enamoran, se casan y van a pasar su noche de bodas a un hotel, junto a la famosa "Chesil Beach", localizada en Dorset, en el sur de Inglaterra. Desde aquí la historia es absolutamente antirromántica y demoledora, ya que los dos son inexpertos en cuestiones relativas al sexo y llevan sobre sus espaldas toda la tradición conservadora inglesa. Recordemos que todavía no se había publicado el primer LP de los Beatles y "El amante de Lady Chatterley" estaba prohibido.

La mayor parte de la película es tan notable como la novela, pero el epílogo desentona (no estaba en el libro, aunque el guión es del propio McEwan, así que él sabrá por qué lo ha añadido). La puesta en escena es excelente, así como la banda sonora, con obras de jazz, Mozart, Beethoven y esa delicadeza de Elgar, "Nimrod", perteneciente a sus "Variaciones enigma": https://www.youtube.com/watch?v=sUgoBb8m1eE. Los actores lo hacen de maravilla, tanto la neoyorquina de origen irlandés Saoirse Ronan, como el inglés Billy Howle. A ella la vi hace poco en otra película excelente, "Lady Bird". Este es un trailer de la película: https://www.youtube.com/watch?v=nRRBajXoN4M

La última escena, que se corresponde con la foto, es pura poesía, visual y narrativa. ¿Cómo se puede vivir sin escuchar buena música, leer buena literatura y ver buen cine, en el cine, claro?

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