Una novela no es otra cosa que sentir cómo se deshace una magdalena en el paladar.
Cuando Nabokov se refiere a la sociedad que refleja Flaubert en "Madame
Bovary" considera que ha sido "fabricada" por el autor, al igual que
cuando alude al mundo de Stevenson, por ejemplo, con la historia de
Jekyll y Hyde, maravillosamente "construida".
El proceso creativo
abarca desde un posible shock inconsciente hasta una serie de ideas
abstractas que de pronto adquieren un significado. Y se necesita a alguien que viva ese mundo, y a continuación que lo cree, que lo sueñe, que lo desee.
(Siempre que viajo llevo magdalenas en la mochila y libros en papel,
como los de las fotos. En su día olvidé para qué sirven un ebook y una
maleta. Por cierto, no sé cuantas veces habré releído "Madame Bovary".
Para cualquier escritor que se precie, las magdalenas resultan insípidas
sin el sabor de Flaubert, como le ocurrió a Proust).
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